Dicen que cuando una puerta 🚪 se cierra, otra se abre; pero muchas veces miramos tanto tiempo y con tanto miedo la puerta cerrada, que nunca decidimos abrirla, nos quedamos encerrados en la incertidumbre y nos perdemos de otras puertas que se podrían abrir.
Estos días de confinamiento hemos tenido que estar encerrados físicamente pero hay personas que pasan su vida entera encerradas mentalmente. Aquellos que nunca se han atrevido cruzar la puerta de casa e ir en busqueda otras puertas por cerrojos mentales.
No los juzgo, yo fuí parte de ese grupo, muchas veces quisé salir de casa, explorar el mundo, conocer otras cosas, otra gente, pero me daba miedo lo que pudiera pasar y lo que pudieran pensar otros de mi. Duré años pensando en dar el primer paso fuera de casa y fuera de mi país.
A los 15 años crucé por primera vez una puerta (saliendo de casa de mi mamá), con una niña de 8 años de mi mano (mi hermana) sin dinero y sin rumbo fijo, escapando. Aún recuerdo como me temblaba el cuerpo y pasaba saliva... Volví a experimentar esa sensación a los 20 (saliendo de casa de mi papá). Creía que estas serían las puertas más díficiles de cruzar hasta que cruce la tercera, la puerta hacia mi libertad, la vida y el viaje.
Jamás olvidaré ese día en que salí al mundo. Era el comienzo de una nueva vida y el final de otra. Como en las 2 puertas anteriores me prometí nunca más volver y que pasará lo que pasará mirar atras no era una opción.
En los útimos 5 años he vivido en más de 7 casas y dormido en más de 100 lugares. Hay días que me pregunto cuál es mi casa, donde queda, que la conforma. Hay días en los que extraño cosas de todas partes y en los que me siento lejos. Aquí nadie come arepas, no saben que es ajíaco, no hablan mi idioma. A veces me quiero ir a casa pero ya no sé donde queda eso.
Esas puertas abiertas me han hecho sentir que el mundo puede ser mi casa y que el hogar se construye.
Y cuando la cerradura no sea física nos atreveremos a cruzar más puertas, a vivir y amar más intesamente. Nos atreveremos a ser porque ya no habrá nada que nos límite.
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