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Foto del escritorPau Velandia

La viajera que financia sus viajes con artesanías


Isabel Montaño Sanint es una colombiana de 31 años, nacida en Bogotá D.C., quien lleva viajando 6 años sin parar más de mes y medio en un lugar, hasta el momento conoce 22 países y 4 continentes. Estuvo viajando un año por Sur América, 2 años y medio al rededor de Colombia, 1 año y medio entre Centro América y México. Hace año y medio cruzo el continente y ha estado entre Europa, África y Asia Oriental. En este momento, recibe la entrevista desde Chiang Mai, Tailandia.


Estudió Comunicación Social con énfasis Audiovisual, en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá D.C y financia sus viajes vendiendo artesanías en Macramé.


En esta oportunidad, Isabel del Blog “Guía para mochileros“, nos cuenta sobre su vida viajera y cómo financia sus viajes.



¿Cuantos y cuales países conoces?


22 países. Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina, Paraguay, Panamá, El Salvador, Guatemala, México, Belice, Venezuela, Francia, España, Portugal, Turquía, Egipto, Bélgica, Holanda, Israel, India, Nepal y Tailandia.


Ni si quiera sabia, me toco escribirlos y contarlos, me salieron 22. Por ahí hay un par más, como por decir Brasil, en donde solo he estado en las fronteras, Tabatinga y Foz do Iguazu. También estuve en Italia, pero una noche, entonces por eso no los cuento.


¿Donde y cómo empezaste a viajar?


Yo empece en el 2010, cuando salí de vacaciones a Perú. Ahí, conocí un viajero que hacía malabares, con quien tuve un romance y me fui con él a saltar con una nariz de payaso en un semáforo y entonces ahí fue que aprendí que existían viajeros que vivían viajando y que trabajaban en la calle. Él hacia artesanías, conocí otros viajeros que también hacían artesanías y ahí empezó todo. Después, me devolví a la Universidad y de trabajo de grado hice un documental sobre los viajeros y ¡pues nada!, me fui un año por Sur América a aprender a hacer malabares, artesanías y música, que son como los principales oficios de los viajeros.


Podría añadirle la comida porque por ahí vendía arroz con leche, sin éxito, pero bueno, el caso es que me fui un año sin un peso. O sea, en realidad si tenia dinero pero yo de testaruda no quise gastar un peso, todavía sigo igual, quería hacer todo el dinero en el camino sin sacar de mis ahorros, lograr hacerlo todo en el camino para sentir la verdadera experiencia de aquellos viajeros que viven viajando.


Desde ahí, no quise parar. Luego estuve trabajando en un proyecto social por Colombia, por los lugares más estigmatizados y seguí con mis malabares, artesanías y música, aunque bueno, ahorita, estoy solo con mis artesanías.


¿Cómo financias tus viajes?

Financio los viajes vendiendo artesanías Macramé, que son como las pulseras hechas a mano con nuditos y con piedras. Eso lo aprendí trabajando en la calle, un poquito que aprendí de mi ex novio, otro poquito aprendí de tutoriales y otro poquito con la gente que vendía en la calle, me fueron enseñando como nudos y cosas para hacer, empece mirando y copiando, así fui aprendiendo. También inventando y adivinando.


Pago las cosas con lo que gano con las artesanías. De vez en cuando, hago algunos intercambios con el Blog. Digamos que, si me gusta un hotel y me quiero quedar más tiempo o me gusta un tour, entonces les digo: "¡Listo! Lo puedo hacer contigo y te nombró en el Blog". Entonces ahí me ahorro un dinero. Pero la verdad, no sé que tanto. Creo que casi todo lo hago es con las artesanías.

¿Con quién viajas o has viajado?

En este momento viajo sola, estoy sola desde hace 2 años. Viaje tres años con mi ex novio y después un año y medio con otro novio que tuve. Terminé con ellos y después me quedé sola. A veces, hago viajes corticos con amigos, como de una semana o máximo 15 días.

¿Por qué escogiste este estilo de vida?

Yo escogí este estilo de vida porque me gusta viajar y conocer el mundo. Siempre tuve mucha curiosidad de saber que pasaba más allá. Tenía un amigo de mi mamá que había viajado a Europa y me decía: "¡wow! tienes que ir a conocer los lugares y vivir allá en ellos, mirar como se vive". O sea, la cuestión no era solo verlos, sino ir a vivirlos. Entonces quería vivir muchos lugares y conocer el mundo, encontré la manera de hacerlo, es lo que estoy haciendo y me encanta.

Me hace mucha falta mi casita y mi familia, pero de todas maneras, me gusta conocer y viajar. Tengo mucha ambición de conocer el mundo.

¿Qué piensa tú familia de tu trabajo actual?

De mi trabajo actual, como tal de las artesanías, mi familia piensa bien. Pues al principio, cuando yo empecé  haciendo malavares en los semáforos, mi mamá, menos mal, siempre aceptó eso, pero a mi papá no le gustaba mucho.

Pero lo de las artesanías, a mi papá siempre le ha encantado, no sé porque. Y mi mamá, siempre ha aceptado casi todo lo que yo hago, pues le gustaría profesionalizarlo, pero ahorita que ha visto lo bien que yo vivo, le ha gustado mucho. Le ha gustado mucho porque sabe que vivo bien y que me la gozo. Entonces está contenta con lo que yo hago, siempre me apoya muchísimo.

La esposa de mi abuelo, me acuerdo que me dijo una vez: "¡uy no!  No deberías estar haciendo eso, eso de salir a los semáforos no" y también una tía dijo: "Que bueno que lo haga por allá en Europa, pero aquí en Sudamérica no". No se porque la gente es así...

Mi trabajo me encanta, es muy libre, la verdad. Yo soy muy vaga y me encanta. Trabajo muy poquito y vivo muy bien. Entonces me fascina mi trabajo.

Aunque, he de decir que no siempre he trabajado muy poquito y vivido bien, o sea, esto de las artesanías es una lotería. A veces se vive muy mal, a veces se puede hasta aguantar hambre, a veces, es muy difícil vender. Están los otros artesanos que están vendiendo a colaboración, la policía que molesta o es ilegal...

Pero bueno, gracias a Dios, en este momento estoy muy bien. Gracias a Dios, a Alá o a Buda. A Krishna, si no le voy a decir, porque me fue muy mal en India. Pero bueno, a estos espíritus, a la Santa Trinidad y a las energías.

¿Qué es lo que más y menos te gusta de tu trabajo?

Lo que más me gusta de mi trabajo es qué soy independiente. Me gusta mucho vender porque yo salgo a las playas y la gente "¡ay, que tomate una cerveza! No en todas partes me ofrecen cerveza, solo en algunos países, pero eso me gusta mucho. La gente conversa y me preguntan: "¿Qué hay de tu vida? ¿Qué haces? ¿Cómo llegaste aquí?" y me toca contar la historia 800.000 veces, me agota pero de todas maneras me divierte mucho porque hago muchos amigos, se sorprenden y me invitan a hacer algo. Me gusta mucho estar hablando cháchara con la gente así, conversar y reírme, hay gente que le da por hacer chistes. Es muy rico vender.

Pero, ¿Qué es lo malo? Hay muchas cosas malas. Una mala, la número 1 y la más terrible, es que soy ilegal. Es un trabajo que es ilegal, en mi país y en otros países, es ilegal vender en la calle porque uno no está pagando impuestos. Entonces, en mi país, si uno es desempleado ¡muérase de hambre, se jodió, no puede trabajar! Entonces, toda la gente que hay desempleada en mi país, toca estarle corriendo a la policía y cuando los cogen, les quitan todas las cosas, toda la mercancía. Hay mucha gente que queda endeudada y todo, hay gente que la pasa mal, la meten presa, les dicen que no estaban vendiendo artesanías si no droga, hay unas cosas muy horribles. Han habido casos en Barcelona que los coge la policía y los golpean ¿Puedes creer? Hay cosas muy horribles que le pueden pasar a uno. A mi me cogió la mafia en México y me dio mucho miedo, pero no me hicieron nada.

A veces, los locales que están vendiendo se ponen celosos porque dicen: ¿Cómo es que estos extranjeros vienen acá a vender y a quitarnos el dinero? Hay veces que, ni siquiera son los locales, si no los gringos que se han ido a vivir, como en Belize. ¡Habían unas gringas que me odiaban! Me decían que me iban a mandar a migración que porque yo le estaba quitando el trabajo a los locales ¿y ellas que están haciendo? ¡Vivirán del aire, haber! Viven ahí hace años, llegaron a vender a la calle y ahorita tienen un trabajo mejor. Entonces como decimos en Colombia, ¡Se creen el pipí del niño Dios, pues! Esas señoras se creen lo máximo, entonces le andan diciendo a uno pues que uno le está quitando el trabajo a los locales. ¡Y los locales son un amor! Lo aman a uno y lo tratan muy bien. Entonces eso es como lo más aburrido.

Otra cosa es que, uno nunca sabe como va a ser en el país, si la gente lo va a querer, si les van a gustar las artesanías, si van a comprar o no, si uno va a aguantar hambre o no, si el clima es malo o no, si llueve y no hay a quien venderle, entonces eso, eso es lo difícil.

¿Cómo y dónde consigues tus clientes?

Si estoy en una ciudad, me voy a los parques o las playas, donde esta la gente sentadita tranquila para ir a molestarla. Yo llego y les digo: "Hola, ¿Cómo estás? Mucho gusto, mira, yo soy Isabel, vengo vendiendo artesanías para viajar, quieres ver, si te gusta, no te gusta. Si quieren conversar conversan, si no quieren comprar que no compren y ya. Lo importante es llegar con una sonrisa y así llegó a ofrecerle persona por persona, así voy vendiendo y encuentro gente.

¿Cuánto cobras por tu trabajo?

Depende del lugar. Hay lugares donde lo más barato es 1 dolar y otros 5 dolares. Todo depende de la moneda del país, de cuanto valga comer. ¡Porque uno tiene que comer! Yo cobro con relación a la comida. Ponle que, si en Israel un almuerzo vale 20 dólares en Bolivia uno lo puede conseguir por 1 dólar, entonces no puedo comprar lo mismo por una pulserita chiquita. Depende del salario de la gente. Cosa que yo sé que con 2 pulseritas chiquitas que venda puedo comer, así me aseguro de que tengo la papita, la comidita diaria.

Y lo más caro que he cobrado en países caros ha sido 30 dólares o euros por una pulsera con una piedra. Pero en mi país, que le paguen a uno más de 17 dolares esta duro, creo que es difícil. Se puede pero es duro.

¿Tienes planes a futuro de cambiar o modificar tu estilo de  trabajo?

En este momento estoy haciendo clases o cursos de macramé para enseñarle a la gente que quiere viajar haciendo lo mismo. También he pensado en vender las artesanías por Internet, pero es complicado porque los envíos son carísimos. Pero de todas maneras, voy a intentarlo. Vamos a ver que tal me va con eso.

Mi sueño, la verdad, sería vender fotografías, pero es muy duro. He vendido fotos en postales en la calle. Me parecería genial que me inviten a unos Vlog trips, que me paguen hotel y comida y poder descansar.



Una vez mas, esta viajera Colombiana, a mucho honor, nos muestra que las barreras son mentales y que para viajar no se necesita ser millonario o pensionado. Mujeres como Isabel y otras tantas artesanas que existen, llegan para mostrarle a la sociedad que las mujeres también pueden viajar solas y hacer dinero por si mismas para costear sus sueños.


Y es que viajando se desdibujan los limites, la mente se expande a nuevas ideas y desarrolla otros niveles de pensamiento, en donde no existen clases sociales, generos, títulos, pre conceptos o inseguridades.


Como Isa nos cuenta, no todos los días son fáciles, no todas las personas o experiencias son las mejores. pero ¿Acaso no sucede lo mismo en un puesto de trabajo fijo o en una oficina? siempre hay días de días, sin importar el lugar en donde estemos, cuanto ganemos o como vistamos. Sin embargo, lo que debemos pensar es si el lugar en donde estamos realmente nos acerca a nuestros sueños...


-¿Estas aburrido de la vida? Entonces lánzate hacia algún trabajo en el que creas con todo tu corazón, vive por él, muere por él y habrás encontrado la felicidad que nunca pensaste podía ser tuya...

-Dale Carnegie.


Contacto de Isabel

Instagram: www.instragram.com/guiaparamochileros

Blog: www.guiaparamochileros.com

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